Nota Editorial

07.07.2013 18:49

Cuando  soñamos este proyecto, nos asaltaba el temor de tener que deambular por parajes solitarios, sólos como el errante en su oscuridad, sin el bastón sonar del ciego, y con la incertidumbre de tropezar barrancos de indiferencia y críticas a granel.

Dios, en su inmensidad y bondad sin límites, agregó corazones más fortalecidos que el nuestro y espíritus plenos de decisión y corage que dieron significado a ésta aventura.

Este es el verdadero significado del emprenderismo, cuando se adquieren retos para modificar el entorno que pareciera innmóvil.

 

A todos mis compañeros de viaje, un gran abrazo

 

 

Alvaro Hoyos Ocampo

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